sábado, 21 de junio de 2008

Soledad

Mi sombra, en ocasiones, es un lobo
que observa desde el silencio.
Mira, estático, y da pasos brevísimos
pero fuertes.

Y, como si, constantemente, tuviera el sol
tras mi espalda,
ese lobo camina delante de mí, solitario,
pero con paso fuerte.

Entonces, mis palabras también son lobos
y caminan en soledad muy delante mía.
Esperad, por favor, que las alcance al alba.
Habré regresado.

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