viernes, 5 de diciembre de 2008

Lobo

Ocasionalmente, como ocurre con los eclipses
o con el amor eterno,
mi sombra se convierte en un lobo.
Me acompaña en silencio
y a una distancia
siempre prudente.
Si, finalmente, me acerco a acariciarlo,
el llena de sangre sus ojos y me devora.
Sólo me ocurre ocasionalmente.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

La reunión

La reunión se prolonga
y arrastra con todo en avenida.
El alcalde escupe fuego.
Las paredes son cada vez más estrechas.
Afloran cadáveres en los ojos.
Traen agua y hojas en blanco.
Escribo en ellas un breve poema
mientras te extraño.

lunes, 10 de noviembre de 2008

La primavera

En seis días llegará la primavera.
Me hallará equilibrando en mis pies,
en el cruel ejercicio necesario
de intentar interpretar
constelaciones de estrellas muertas,
mientras,
para mí,
el invierno no cambia de hemisferio
y queda
inhóspitamente alojadoen lo poco que de mí sobrevive.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Los domingos

Domingo por la tarde.
Miras en tu hombro:
decrepitud y guirnaldas de hojas secas.
Tu rostro acumula cansancio.
Manos y fotografías extrañas te rodean
como un ovillo imperfecto.
En unos minutos todo se convertirá
en un parque en la noche.
Marcharás insomne y con vacío
en los bolsillos de tus pantalones.
Y la vida mía seguirá girando
como un caballito de tiovivo
en el que cabalga soñador algún niño.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Palmira

Aún quedan restos tuyos
en mi casa.
Gotas frescas de sangre yerta.
No duele tanto su presencia,
como que tú no me las reclames,
como que yo no te pida que las recojas,
mientras la sangre nos abandona
como si acaso,
ayer mismo,
no hubiera sido nuestra.

martes, 4 de noviembre de 2008

S.O.S.

Necesito, oye bien,
necesito olvidarte
y habitarme sola, sí, en soledad,
pero, al menos, habitarme
y dejar que mis labios,
sin rémoras,
decidan el próximo nombre.

martes, 28 de octubre de 2008

Biología (I)

El noventa por ciento del cuerpo
es agua.
El diez por ciento restante,
en mi caso,
un párpado de lluvia en retirada
y una brizna de hierba
que fragmenta
el asfalto.

sábado, 25 de octubre de 2008

La dádiva

Para ti,
dos cantos de muerte
y un bello ramo de aves,
trenzado en sueños,
traigo en mi costado
sangrante.
Todas huelen a incomprensión,
amor
y suicidio
en sus alas.

jueves, 23 de octubre de 2008

Manos, hueso y ceniza

Deja desvanecer mis manos
en mis propios charcos de sangre.
Ya es tarde.
Aléjate,
ya solo permanezco
en hueso y ceniza.

lunes, 20 de octubre de 2008

La mudanza

En cierto modo,
una mudanza obligada
es como un amor azul.
Tienes que mover objetos grávidos
(algunos son perdidos
en los huecos de la espalda
para no verlos más),
a abandonar precipitadamente
paisajes, nombres, sueños
e, indefectiblemente,
a sentir en tu boca una conocida
sensación de fracaso.

viernes, 17 de octubre de 2008

A la rutina

Así fue en todo.
Un día,
dejaste caer negativos
al suelo.
Al siguiente,
decidiste no más dormir.
El último,
desahuciaste tus manos estranguladas
y te sentaste a la espera
de volver a la tierra.

viernes, 10 de octubre de 2008

La joven poetisa

Tatuaje
que envenena de luz
mi sangre,
vaqueros en ruina,
piercings en carne viva…
Camino.
Tras de mí,
con pies de agua,
el azul en la muerte,
el amor en el rocío,
la esperanza en el viento.

viernes, 3 de octubre de 2008

Dudas

Hormigas van y vienen
con sus cabezas cercenadas.
En mi observar diario,
en su hacer repetitivo,
no puedo dejar de preguntarme
si es cierto este rumor que me dice
que toda la vida he estado aquí.

jueves, 2 de octubre de 2008

Huir

Asida al amor
como huida
y al poema como suicidio.
Mis ojos son cajas negras.
Mis manos, ramas inertes.
Mis pies, enredaderas rotas.
Es por eso que escribo
día a día.
Hasta que todo calle.

martes, 30 de septiembre de 2008

Los libros

En los libros aparece que el hombre creó Manhattan.
Y yo digo que Manhattan fue inventada por Woddy Allen.
También que el tren lo creó Trevithick.
Y yo digo que lo inventaron aquellos
que no han dejado escapar trenes
como viajero
que lleva maletas hechas de nubes rojas.

martes, 26 de agosto de 2008

Escalones

Bajo cuidadosa las escaleras.
Hace bastante tiempo
que piso todos los peldaños
que hay entre los rellanos
que van de planta a planta.
Ya no precipito el fin de mi bajada saltando
desde el antepenúltimo escalón.
Tampoco precipito el fin de las cosas.
Dejo que todo acontezca.
A veces, esta rara costumbre adquirida
me produce un sosiego
que me acerca a un raro vacío.
Otras, sin duda mayoritarias ,
rajan el cielo de mi boca
y llevan esta herida
hasta el vacío estómago.
Así he ido aprendiendo.
Entre el dolor y la nada.

lunes, 14 de julio de 2008

Mariposas putrefactas

Mi piel es mi nicho,

una colmena de sombras.

¿Alguien recuerda mi nombre?

En mi pecho anidan mariposas

putrefactas

y una orden

de derribo.

El suicidio es una bella idea

que ronda mi cabeza

y endulza mis manos.

viernes, 11 de julio de 2008

Magnum Desert Eagle

Estoy en uno de esos días...
¡oh, si mi mano derecha
oliera mañana a pólvora!
Iré a ti, que conoces mis palabras
cuando huelen la sangre en la distancia.

Acomódate en mis ojos
y haz que vea todo esto
oliendo a mar.

Huíd, mientras tanto.

Huíd de mi si os llamo
y mis manos destellan
como solo lo hace el acero
de una Magnum Desert Eagle.

miércoles, 9 de julio de 2008

Estrellas

Sigo sembrando estrellas en tu espera.
Minando el cielo alto de puntos blancos.
Es difícil ver las estrellas en la ciudad.
Yo las fotografío.

Es difícil verte en la ciudad.
Tus fotografías son el techo de mi habitación.

Mientras tanto, cada noche,
tras romper los espejos de mi casa,
siembro estrellas en el sombrero llovido de aviones.
A su luz es más sencillo tu nombre.

domingo, 29 de junio de 2008

SIlueta difusa

Las llagas se resecan como hojas cúpricas.

Mis cuencas acumulan raíces que beben soledad.

Soy una silueta difusa y un reguero de miguitas de pan

hervidas en sangre seca.

Necesito mi cordón de plata.

¿Alguien ha visto mi cordón de plata?

Necesito separar mis ojos de mis pies.

Si me veis, veréis un bello bulévar sin enamorados.

martes, 24 de junio de 2008

La velocidad de las uñas

Extraños aprietan mi pecho y todo se desliza

a la velocidad del crecimiento de las uñas.

Siento la velocidad, más que en mi rostro,

en la asfixia de un pecho envasado al vacío.



Las uñas crecen. Las corto. Crecen.

Todo está acelerado como en una fotografía

de cualquier avenida de una garn ciudad

en plena noche.

sábado, 21 de junio de 2008

Soledad

Mi sombra, en ocasiones, es un lobo
que observa desde el silencio.
Mira, estático, y da pasos brevísimos
pero fuertes.

Y, como si, constantemente, tuviera el sol
tras mi espalda,
ese lobo camina delante de mí, solitario,
pero con paso fuerte.

Entonces, mis palabras también son lobos
y caminan en soledad muy delante mía.
Esperad, por favor, que las alcance al alba.
Habré regresado.

Violines sobre mi espalda

Déjame. ¿Es que no me ves?
Ya no llueve en mi espalda.
Tengo pupas por todo el cuerpo
y apenas recuerdo el nombre
que le di a cada cosa.
¿Tienes algún sitio donde ir?
Déjame, ya no hay nombres
ni violines que toquen valses
sobre mi espalda.

miércoles, 18 de junio de 2008

Globos pinchados

Caen las estrellas como globos pinchados.
Corro tras ellas. Intento impedir que toquen el suelo.
Llueven fugaces y distraídas sin orden aparente,
como la música del valle del viento.
Yo corro tras ella para que no las enfríe el suelo.
Un eco de estrellas muertas me persigue
como avionetas kamikazes tripuladas por el vacío.

domingo, 15 de junio de 2008

Mis manos

¿Has visto mis manos?
Mis labios son azules, como azul es el cielo,
como azul es el olor del cementerio
en la mañana.
Puedes venir conmigo. ¿Has visto mis manos?
En mi garganta llueve arena.
Y cristal.
Era una enorme montaña rodeada de nubes.
¿Besaste alguna vez el Everest?
¿Has visto mis manos? Desistieron anoche de dibujar nubes.

miércoles, 11 de junio de 2008

He llegado

He llegado hambrienta.
Hace días que no como.
Habito en mi reflejo.
Me siento insegura.
Dudo del aire. Tiemblo. Balbuceo.
Mis pies son débiles, casi de papel.
Soy luz ingrávida que apenas lucha.
Soy hambre. Hace días que no como.
Cada decisión es un precipicio, un delirio.
Sudo ante cada puerta cerrada o abierta
como un animal recién destetado.
He perdido peso. He ganado pellejo.
Ya no hay adjetivos bellos para conmigo.
Escribo para asirme a quien me lee.
Así me agarro a la vida.