jueves, 2 de octubre de 2008

Huir

Asida al amor
como huida
y al poema como suicidio.
Mis ojos son cajas negras.
Mis manos, ramas inertes.
Mis pies, enredaderas rotas.
Es por eso que escribo
día a día.
Hasta que todo calle.

No hay comentarios: