A esta hora te estarás aproximando al andén cinco.
Escrupuloso habrás tomado tu maleta.
Andarás mirando tu reloj impuntual
y verás llegar el tren.
Todo esto sucede en el andén cinco.
Como lobos hambrientos
irán y vendrán mujeres y hombres.
Te haces estatua de latido irregular.
Lobos irán y vendrán. Hambrientos,
con los ojos descolgados de sus cuencas.
Murmurará el tren y anunciará su marcha.
En minutos el tren marchará jocoso.
El andén es ahora una ciudad de madrugada.
Aún en el andén,
tomarás tu maleta y te prometerás solemne
que será mañana,
que, de mañana, no pasará.
Todo esto habrá sucedido en el andén cinco.
jueves, 5 de marzo de 2009
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