En seis días llegará la primavera.
Me hallará equilibrando en mis pies,
en el cruel ejercicio necesario
de intentar interpretar
constelaciones de estrellas muertas,
mientras,
para mí,
el invierno no cambia de hemisferio
y queda
inhóspitamente alojado
en lo poco que de mí sobrevive.
domingo, 15 de marzo de 2009
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